Tonta, enamórate de quien te quiere no de quien te gusta.

Estás conectado, no hablas... le doy mil vueltas al ratón intentando hacerme a la tonta idea de que probablemente no estes. Después de media hora mirando tu nombre en mi ordenador me digno a hablarte, tardas 10 minutos en contestar.. me pongo nerviosa, balvuceo, grito, te odio... un odio que se desvanece al ver tu nombre iluminado en la pantalla me has puesto: HOLA. Y tan solo con eso has conseguido que me salga esta risa tan extraña y encantadora. Yo probablemente preferiría que me dijeses cosas como: que pelo tan bonito, menuda sonrisa, vaya ojazos. . . esas cosas, y aún diciendo lo que me dices me quedo embobada mirando a la pantalla del ordenador leyendo una vez tras otra esa conversacion, pienso en guardarla e incluso en imprimirla, porque ya ves por muy poco valor que tu le puedas dar, para mi es casi imprescindible hablar contigo. No esque te quiera, ni tan sikiera te amo pero llegas a ser tan despreciable y tan importante para mi en un solo segundo, que no se si te mereces todo mi cariño . . . aunque increiblemente lo sigues teniendo.