miércoles, 16 de junio de 2010

Y yo leo en sus labios que me dice «guapa».


Me gustaría hablarte de él, desde la abrumadora distancia que nos separa y desde la complicidad cotidiana que nos une. Cómo si cada vez que soplara una leve brisa en mi cara arrastrara su aroma hasta mi, cómo si pudiera decir su nombre sin despegar los labios, cómo si su voz siempre estuviera en mi cabeza o cómo si la ternura no estuviera siempre vestida con su ropa. Me gustaría decirte que solo quiero hacerle el amor y que me quiera como le quiero yo (lo dice una canción). Hoy estamos a 16 de Julio y la primavera casi ha dado a su fin. Las cosas que me dices se me enredan en el pelo, van llenando un cajón que tengo de recuerdos de ti y me sacan una leve sonrisa. Y a veces hay cosas que no dice porque no se lo permite su orgullo, pero yo se que las piensa. Quisiera decirte cómo es cuando tiembla y dice mi nombre, con todas las letras, y suena a piropo, y sabe a café, y sonríe y brilla, sólo para mí, porque nadie sabe, porque nadie entiende este mundo nuestro hecho con besos de papel y miedos pequeños que se enredan en las piernas y sonrisas que quisieran ser abrazos. Quisiera contarte, desde esta ventana, a la que se asoma sin verme los ojos, cómo es primavera si él está a mi lado, cómo me descubro siguiendo sus pasos, cómo soy la cómplice de esta luz que alegra los días, los meses, los cajones, las palabras que nos regalamos, y escondemos, y rompemos… Mirar el reloj, escuchar atenta sus pasos serenos, mirar la sonrisa, retenerla acaso y detener el tiempo. Te podría hablar, si no fuese un secreto, de las manos que nunca cogeré, de los besos que no le robaré, de los abrazos que no mantendré con él, de lo que le quiero... de que estoy a tres metros sobre el cielo, (como en ese libro de Federico Moccia).Siento como si todo girara a nuestro alrededor. Quisiera contarte, cómo es cuando brilla su mirada y se refleja en los hilos de mi blusa, cuánto dice, cuándo calla. Quisiera contarte cómo es ese miedo, pero se me escapa, porque él lo custodia, vigila y protege, no lo deja fuera, lo esconde, lo aleja…, y en un arrebato de luz en sus ojos, cuando nadie mira, yo leo en sus labios que me dice «guapa», y tiemblo, y sonrío, y digo su nombre, todo con mayúsculas, sin punto al final, sonando a «te quiero». Quisiera contarte, desde esta ventana, el olor a limpio de su cortesía cuando empuja puertas y paso delante, cuando, en un susurro, le siento mirarme, le dejo instalarse en un rincón antiguo que tiene mi alma y que sólo es mío, y que ahora es nuestro… Me veo en sus ojos como en un espejo, y no soy la misma que tú conocías, me siento tan niña, tan joven, tan embelesada, tan llena de vida… Quisiera decirte qué es esto y no puedo… Como en un susurro, tan cerca y tan lejos, escucho su voz…, «mi niña».

Con muchísimo cariño, ... para tí.

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